viernes, enero 08, 2010

LA BATALLA POÉTICO-GASTRONÓMICA ( XVIII )

IGNACIO ALCARÍA GÓMEZ: "El arte del jamón jamón"


"NI HUEVOS NI CHOCOLATE"
(Letrilla, o lo que salga)


Cante el Señor Don Abundio
las glorias de sus guisados,
cante Ayguals los estrellados;
chocolate, Fray Gerundio;
mas yo, que soy un petate,
ni huevos ni chocolate.

Si dice el uno que es bueno
el cacao de Güayaquil,
y el otro, genio sutil,
que el chocolate es veneno,
digo yo para remate
ni huevos ni chocolate.

Que yo estoy por el jamón
y las lonjas de tocino,
que es excelente el cochino,
reverendo animalón;
muy reverendo...mas tate,
ni huevos ni chocolate.

Allá en remotas regiones,
en las riberas del Nilo,
huevos pone el cocodrilo
pero no pone jamones;
repito a uno y otro vate:
ni huevos ni chocolate.

Es señal de la miseria
el chocolate maldito,
y un huevo no vale un pito
para un gañán de la Iberia...
- ¿Qué nos dices, botarate?
- Ni huevos ni chocolate.

Y pues del jamón a bajo
yo no respeto a ninguno,
paciencia, vate frailuno,
y tú, Ayguals, usa tu cuajo,
que no digo un disparate:
ni huevos ni chocolate.

No se me arruga el ombligo
al clamar ! los de Caldelas!!!
ni amaino ni corto velas,
que no cedo a mi enemigo;
no paro hasta que le mate
con huevos y chocolate.

Para alabar yo me pinto
con sandunga, ya lo ves,
los jamones de Avilés,
que son más con tercio y quinto,
si se fríen con tomate
que huevos y chocolate.

!Wenceslao por Belén
que me gusta tu frescura!
tendría, amigo, este cura
por el mango la sartén
que las magras....no se trate
de huevos ni chocolate.

Vuestra astucia no me pilla,
vuestra aprobación no busco,
haced, pues, de soconusco
y huevos una tortilla
y quedareis como nuevos:
ni chocolate ni huevos.

Y ya mis nervios no aguantan
los gritos de la huevera,
y está mi pobre sesera
que hasta los huevos la espantan,
y no admite mi gaznate
ni huevos ni chocolate.

Y tal es el rudo encono
que esconde mi corazón
que siempre por el jamón
en todas partes abono,
y grito como un orate
ni huevos ni chocolate.

Ya despliego en toda vela
el pendón en mi terreno,
y al chocolate condeno
a que se tome en cazuela,
sentenciando, a lo magnate,
ni huevos ni chocolate.

Y desde este tribunal
de mi santa inquisición,
mi escudo será un jamón,
y con voz descomunal
diré: "veníd al combate
con... huevos y chocolate".

EDUARDO LÓPEZ PELEGRÍN

( LA RISA, nº 48, 10-Marzo-1844 )

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